Muchas ocasiones me preguntaba el porque de mi mala suerte en el amor, del lugar en el que se encontraba el chico de mis sueños y la razón por la que tardaba tanto. Algunas veces pensé que estaba cerca de encontrarlo, pero así como las cosas comenzaban a darse se terminaban. En general me mal viajaba, solía idealizar a las personas o esperar mucho de ellas.
Un día me hicieron click varias cosas que me decían mis amigos, en especial una mujercita linda a la quiero mucho. Esto era básicamente que dejara de buscar a mi hombre ideal, porque una descripción mía (ouch, creo que me amo demasiado jaja), que no esperara nada de mis citas y que comenzara a disfrutarlas en lugar de mal viajarme.
En una fiesta conocí a un chico llamado David, para ser sincera pensé que estaba ligando con mi amiga, pero no fue hasta que me pidió mi teléfono y correo que me cayó el 20 de que el asunto era conmigo. Pasaron meses y no salíamos, ponía pretextos para no hacerlo (porque me daba miedo) pero aún así seguíamos en contacto por MSN, mensajes de texto o alguna llamada al celular.
Pasó el verano y zaz! Que me decido a salir con él. Muy caballerosamente pasó por mi a mi casa, debo aceptar que estaba muy nerviosa y cuando lo ví me dije “Que guapo es n_n fuí muy torpe al no salir con el antes ¬¬”. En esa primera cita me la pasé muy bien, al igual que en las posteriores. Poco a poco veía más y más seguido a David y cuando menos me lo esperaba ya estaba enamorada de él, era parte de mi vida diaria y las mariposas que sentía antes de verlo crecían y crecían cada día.
Ahora puedo decirles que soy el triple de feliz, me siento plena en todos los sentidos porque tengo un excelente compañero de viaje. Afortunadamente no es mi hombre ideal, ni es magia lo que hay entre nosotros como alguna escribí que quería sentirme cuando lo encontrara. Es algo mejor que eso, porque es real y mi contrario en muchas cosas, bien dice que nos complementamos.
Alguna vez salió a relucir que hubiera sido bueno conocernos desde antes, pero las cosas pasan por algo y se dan cuando tienen que hacerlo. Nos conocimos, salimos y enamoramos en el momento preciso. No antes ni después.
